En un castillo abandonado vivía un fantasma muy especial, se llamaba Alfredo y no le gustaba asustar a la gente, sino bailar con ella.Lo malo es que todos se asustaban, hasta que un día lluvioso tres niños fueron al castillo para demostrar que existía un fantasma.
Cuando Alfredo los escuchó entrar se puso muy contento, fue a pedirles que bailaran con él. Los tres niños que se llamaban Ramón, Quique y Pedro se dieron un susto de muerte y empezaron a correr como locos por todas partes. Al final comprendieron que Alfredo era bueno y no quería hacerles daño. Se lo pasaron genial bailando, pero se hizo tarde y tuvieron que marcharse.
Al día siguiente los niños volvieron al castillo para bailar y jugar al pilla-pilla, al escondite y muchos juegos más. De repente llamaron a la puerta, la abrieron y había un montón de personas diciéndoles: ¿Estáis bien?, ¿Os ha atacado el fantasma?. Entonces vieron a Alfredo y cargados con un montón de extraños aparatos , empezaron a perseguirles.
Pudieron escapar y ponerse a salvo, pasaron la noche fuera y cuando volvieron , el castillo estaba lleno de hombres analizando las paredes, los cuadros, los candelabros.... Entonces pensaron un plan para echarlos de allí, sólo tenían que enseñar al fantasma a asustar a los intrusos.
No fue tarea fácil, pero con algunos trucos que salen en las pelis de miedo Alfredo consiguió aprender a asustar como un fantasma profesional. Volvieron al castillo asustando a todo el mundo que pasaba por delante y consiguieron que todos huyeran del castillo de Alfredo muertos de miedo. Y así los cuatro amigos pudieron divertirse para siempre.
